Entrega lo que prometes

No hay peor marketing que el que exagera las cosas y las pinta mejor de lo que son. Hacedme caso, marketers del mundo mundial: no prometais nada que no podais entregar. Un cliente compra el producto, ve que no hay para tanto (aunque sea bueno, es menos de lo que esperaba),se frustra (insisto, aunque sea bueno, la frustración del cliente no va en función de la calidad del producto, sino en relación a las expectativas que había depositado en ese producto), y ese cliente es un cliente perdido PARA SIEMPRE.

La honestidad engendra confianza, y la confianza es la base de la fidelización de los clientes. Di que algo hace algo, aunque no sea muy espectacular, y preséntalo o introdúcelo en el mercado así, con la verdad por delante. Habrá menos gente que lo compre, pero esos clientes volverán a comprar vuestro siguiente producto. Al cabo de 3 generaciones de productos, tendrás más clientes que los que ganaste con el primero exagerando las prestaciones del producto y, obviamente, estos clientes no comprarán ni el producto de segunda generación ni el tercero, porque habrán perdido la confianza en tu marca como para destinar parte de su salario en tu engañoso producto.

Una empresa honesta en su marketing acumula una base de clientes que siempre suma. Es más, no es que sólo sean cada vez más clientes (las deserciones de empresas que entregan lo que prometen son mínimas), sinó que esos clientes son además también cualitativamente mejores: más fieles, más seguros y, posiblemente, prescriptores de tu marca en su entorno de amistades, família o trabajo.

Un último apunte: lo mejor es prometer algo menos que lo que entregas. Si entregas un producto que no sólo hace lo que dice, sinó que hace más que eso, ese cliente va a ser tu mejor anuncio en la calle.

Esto sí es auténticamente semántico!

Para aquellos que hablan de web semántica para referirse a una interfaz web hecha sin tablas (tableless) con CSS, decirles que un auténtico significado de semántico es que una misma información pueda ser leída, importada o exportada a través de cualquier dispositivo digital.

Por ejemplo, que la agenda que usamos en el ordenador se sincronize con el despertador (via tcp/ip, umts, bluetooth…) y que éste se active cuando lo hayamos especificado (40 minutos antes de una cita, por ejemplo). Lo mismo con el móvil, o con el reloj. Otro ejemplo es que si como con un cliente, la factura resultante sea enviada por el TPV a la aplicación de contabilidad de la empresa para la que trabajo. Otro ejemplo es que me aparezca e el móvil información relevante a donde estoy, por ejemplo historia de la catedral de Barcelona si estoy frente a ella. Todo esto es ya factible: localización por GPS, transferencia de datos a través de UMTS, estándar de intercambio de archivos en XML, autentificación física a través de un escáner de retina o pantalla de lectura de la palma de la mano, etc.

Una información codificada así es auténticamente semántica, no una web con el lay-out hecho en CSS (que sería sólo parte de un diseño semántico, como mucho).

Aquí sí hay auténtico negocio (en hacer software que interpreten esa información y que se instale en relojes, móviles, despertadores, cámaras digitales, etc.

Un proyecto interesante: semacode.org Eso sería Web 4.0????