La competencia en el presupuesto

Los operadores de telefonía móvil compiten contra los restaurantes. Así dicho, parece una aberración. Las compañías de móviles compiten con otras compañías de móviles, no con los restaurantes (éstos ya compiten entre sí). Pero si lo piensas bien, también contra los restaurantes.

¿Por qué? Pues porque la competencia no es siempre el que más se parece a ti, sinó en el que consigue lo que tu quieres y te impide a ti obtenerlo, sea quién sea. Bastará un sencillo ejemplo:

Todos los operadores de telefonía móvil quieren que un adolescente determinado sea su cliente. Pero no por la persona, sinó por los 14 euros que lleva en el bolsillo. Imaginemos que Yoigo quiere los 14 euros que tiene ese adolescente en su bolsillo, y finalmente los consiguen a cambio de darle un servicio de telefonía móvil.

Los perjudicados son, por supuesto, todos los otros operadores de telefonía móvil que también querían a ese adolescente como cliente, como por ejemplo Movistar o Vodafone, que no han podido conseguir ese cliente. Eso es obvio, pero lo que no es tan obvio es que el perjudicado es también el restaurante al que el adolescente ya no irá porque ya no tiene los 14 euros para poder ir a cenar ahí con sus amigos.

Es decir, Yoigo le ha hecho la competencia a un restaurante. Le ha quitado un cliente, ni más ni menos.

Otro ejemplo: una familia dispone que tiene 20.000 euros para gastar puede decidir gastarlos en unas vacaciones en Australia, o bien en comprar un coche nuevo, o bien en reparar el sótano o bien en invertirlos en un depósito. Es decir, las agencias viajes, los vendedores de coches, los paletas y los banqueros están compitiendo todos ellos entre sí. Todos compiten por ese valioso dinero de la familia.

Esto no es ninguna novedad. Se llama “budget competition” (algo así como “competencia en el presupuesto” o “competencia a nivel del presupuesto”).