Con el auge de la llamada red “social” (como si antes no lo fuera) y la proliferación de mecanismos para gustar, compartir, votar, rankear, etc… parece lógico suponer que Google tenga en cuenta ese tipo de feedback generado por los usuarios en su algoritmo de posicionamiento web.
Hasta la fecha, uno de los principales factores que tenía en cuenta Google para ordenar los resultados de una búsqueda (por tanto, de posicionar una web por encima de otra) era el número y la calidad de los enlaces entrantes que tenía esa web.
Esta aproximación se basaba en las prácticas habituales del mundo científico, donde aquellas publicaciones científicas que son más citadas por otros científicos en sus respectivas otras obras ganan peso, respeto y autoridad entre la comunidad científica.
De un modo parecido, en el algoritmo de Google cuántos más enlaces se ganaba un sitio web, con más acierto podía deducirse que ese sitio web era de calidad, y por tanto más peso y autoridad ganaba para Google. En consecuencia mejor posicionada aparecería ese sitio en los resultados de búsqueda.
Hoy en día los enlaces siguen siendo un componente esencial de la web, pero algo menos que antes. Gracias a las tecnologías semánticas, los contenidos son ahora son mucho más ágiles y elásticos para saltar de una página a otra página adaptándose de un modo casi líquido a una enorme plétora de diferentes contenedores y soportes (portátiles, sobremesas, móviles, aplicaciones web, portales, memes, emails, consolas, lectores de libros electrónicos, aplicaciones de móviles, etc…).
Al poder hacer recircular el contenido con tanta facilidad, hoy en día enlazar ya no tiene tanto sentido como el que tenía antes. Actualmente el contenido, más que enlazarlo lo que se hace es incrustarlo, compartirlo, rebotarlo, recircularlo, votarlo, gustarlo, reenviarlo, comentarlo, retwitearlo, menearlo, enterrarlo, favoritizarlo, embeberlo, anidarlo, republicarlo.
En tanto en cuanto parece lógico que quién y cuantas veces hace recircular un contenido es indicativo de la importancia, calidad o relevancia de ese contenido, es sólo lógico y natural que Google lo tenga en cuenta en su algoritmo. Son los nuevos indicadores que Google tiene que incluir en su fórmula para ponderar la autoridad de una web.
Todas estas acciones son los nuevos enlaces entrantes, y como tal deben ser considerados por Google a la hora de ordenar los resultados de la búsqueda. Los enlaces seguirán siendo importantes como indicadores de la importancia de una página, pero ahora están acompañados de todos estos otros factores sociales, que lógicamente iran incrementando su peso relativo en el algoritmo de Google.
Por tanto, para tener un sitio web bien seoptimizado ya no será suficiente con generar contenido relevante y conseguir muchos enlaces de calidad, sino que habrá que estar bien visto a nivel “social”: cuántos seguidores tienes en Twitter, cuántos admiradores en Facebook, cuánta gente te tiene en sus favoritos en Delicious y parecidos, cuántas veces se ven tus videos en YouTube, cómo se valoran tus fotos en Flickr, etc.
En definitiva, lanzar tu página de Facebook y empezar a acumular admiradores tiene tanto sentido hoy como tenía en su día lanzar tu página web y empezar a acumular enlaces. Cuanto más tiempo lleves, más admiradores podrás acumular porque más tiempo habrá estado tu página disponible para ser gustada. Ocurre lo mismo con tu cuenta de Twitter, tu cuenta en YouTube, tu cuenta en Flickr, etc.