Conversionabilidad

Hoy me apetece acuñar un término que quizás no exista aún: Conversionabilidad.

Pero no. He mirado en Google y ya hay 8 resultados que contienen esa palabra. Pero se trata de un significado diferente y realmente creo que quieren decir “convertibilidad”, que es algo diferente a “conversionabilidad”.

Si mis sospechas fueran ciertas, imagino que más que acuñar una palabra, lo que estaría haciendo es acuñar una acepción.

También existe otro palabrejo, conversabilidad, que es la capacidad de establecer una conversación. Eso es algo diferente.

En cualquier caso, la conversionabilidad se definiría como la habilidad de un sitio web de convertir, es decir, la habilidad de propiciar una conversión. En inglés podría ser algo así como “conversionability”.

En relación a la conversionabilidad, los sitios web podrían obtener mejores o peores notas. Vendría a ser como la usabilidad o la accesibilidad. Una web sería más conversiva o menos conversiva, en función de su capacidad de convertir visitas en contactos o leads.

Trazando un paralelismo con la palabra ‘persuasión’:

persuasión -> persuasivo -> persuabilidad
conversión -> conversivo -> conversionabilidad

La frontera entre Grecia y Bulgaria y los restos del Telón de Acero

Hoy estoy en plan historiador o y hoy tengo ganas de escribir una pequeña historia para quien le interese.

Los que hemos nacido entre 1975 y 1979 pasamos nuestra infancia durante la Guerra Fría y, aunque éramos pequeños, conocíamos por la televisión (y especialmente por los noticiaros) la posibilidad de un holocausto nuclear provocado por un enfrentamiento militar entre la OTAN y la Unión Soviética.

A la gente nacida después de 1991 esto le sonará a chino, pero todos los que crecimos en los 80, en la época de los primeros ordenadores domésticos y las primeras videoconsolas, conocimos una Guerra Fría y una Europa dividida en dos bloques separados por el llamado “Telón de Acero”.

En realidad, la expresión “Telón de Acero” era una mala traducción de la expresión Iron Curtain (“Cortina de Hierro”). Era una cortina, no un telón. Y era de hierro, no de acero. Pero bueno, eso es sólo una curiosidad histórica.

Este verano, aprovechando que estaba de vacaciones en Grecia, aproveché para visitar la inexpugnable frontera greco-búlgara y los restos del Telón de Acero en Grecia.

Sí, los restos del Telón de Acero en Grecia. Nadie lo sabe, pero el telón de acero también pasaba por Grecia. Concretamente por la frontera que separa Grecia y Bulgaria.

Telón de acero en la frontera greco-búlgara

Efectivamente, la Guerra Fría y el Telón de Acero separaron dos países vecinos, Grecia y Bulgaria, desde 1954 hasta 1991. Grecia, miembro de la OTAN desde 1954, quedó dentro del bloque occidental democrático y capitalista, mientras que Bulgaria, miembro del Pacto de Varsovia, quedó dentro del Bloque soviético, comunista.

Dado que Grecia era el único país del Este de Europa que pertenecía a la OTAN y no al Bloque Soviético, los soviéticos lo veían como que un trozo de “su territorio” en Europa oriental que no les pertenecía a ellos. Lógicamente, a los rusos no les gustaba nada la idea de que la OTAN pudiera lanzar un ataque terrestre desde sus bases en Grecia contra los países vecinos de Grecia que eran satélites de la URSS: Yugoslavia, Albania y, especialmente, Bulgaria.

Esto hizo que durante toda la Guerra Fría, la posibilidad de una invasión por parte de los países del Pacto de Varsovia contra Grecia fuera muy real. Y un ataque así, si se tuviera que dar, se daría con toda probabilidad desde Bulgaria.

Telón de acero en la frontera greco-búlgara

Para protegerse de esta posible invasión, Grecia creó en los años 50 (aunque en realidad ya existía desde 1936, obra del general Metaxas) una zona de exclusión militar de unos 20 km de ancho a lo largo de toda la frontera de Grecia con Albania, Yugoslavia y Bulgaria, los países del Bloque Soviético con los que Grecia tenía frontera terrestre.

El tramo que más se reforzó fue el tramo fronterizo con Bulgaria. De hecho, esta zona se convertió en una área ultra-militarizada, preparada para resistir una invasión soviética contra el único país que, aunque estaba en Europa oriental, era miembro de la OTAN y de la Unión Europea desde 1981.

Los que conocieron bien esta zona ultra-militarizada fueron las generaciones de griegos que, durante casi 50 años, pasaron los 18 o 24 meses del servicio militar obligatorio haciendo la mili en esta zona especial, hasta que en 1991 el bloque comunista cayó y la amenaza de una invasión soviética se disolvió.

Tras la caída del Bloque Soviético en 1991, todas las infraestructuras militares griegas a esta zona de exclusión militar fueron abandonadas progresivamente, puesto que ya no tenían sentido.

De eso hace unos 20 años, pero todavía hoy quedan muchos recuerdos de cuando por aquí pasaba un Telón de Acero que separaba dos bloques completamente antagónicos.

Telón de acero en la frontera greco-búlgara

También son recuerdos de que los habitantes de estos territorios sufrieron de primera mano la Guerra Fría, sin comerlo sin beberlo. De hecho, en esta zona los habitantes que quedaron dentro de la zona de exclusión militar durante 50 años no tuvieron derecho a la compra de vehículos, ni a sacarse el carnet de conducir. Tampoco podían salir de la zona si no era con permisos especiales. Además, tampoco podían tener propiedades de más de 60 m2, ya que todos los terrenos de estos valles pertenecían al Ejército griego.

Todavía hoy, los letreros que anuncian “Hellenic Army – Military Controlled Area” todavía se pueden ver cuando entras en la antigua zona de exclusión militar, aunque los letreros están oxidados por el paso del tiempo.

Explorando esta zona, vi decenas de campamentos militares abandonados, almacenes de armas en desuso, señales que avisan de que entras en una zona muerta y de que no hay más gasolineras, puestos de guardias fronterizos que fueron abandonados en 1991, vagonetas de la policía búlgara de fronteras con diarios de los años 80, camiones del ejército griego con provisiones de combustible, letreros recordando la prohibición de hacer fotos por ser una zona militar sensible, estaciones de tren que quedaron dentro de la “zona muerta”, puentes de uso estrictamente militar que hoy no llevan a ninguna parte, etc.

Aquí os dejo unas cuantas de las fotos que hice de esta zona que recuerda que por aquí pasaba una frontera muy profunda que separaba el Oeste del Este, el capitalismo del comunismo, la OTAN del Bloque Soviético, la democracia de la dictadura. Aquí estan las fotos:

Fotos de los restos del Telón de Acero en la frontera entre Grecia y Bulgaria »

Y un link hacia la Wikipedia, de donde he sacado el mapa del Telón de Acero que encabeza este post.

https://es.wikipedia.org/wiki/Cortina_de_Hierro

Los mejores 20 sitios por los que he conducido

No es que yo sea un gran experto conductor ni mucho menos, pero la verdad es que me gusta conducir y me gusta ver cosas desde el coche. Esta es una lista de los 15 mejores sitios por los que he conducido:

1. Parque Nacional de Jotunheim, Noruega, con un Volkswagen Passat Variant

Nieves perennes y glaciares persistentes en las mayores elevaciones orográficas de toda Escandinavia.

Parque Nacional de Jotunheim, Noruega


2. Ruta escénica del Cantábrico, en el País Vasco, con un Nissan Qashqai

Acantilados y más acantilados, salpicados de pueblecitos de pescadores.
Ruta escénica en coche


3. Ruta escénica de los acantilados de Madeira, con un Renault Clio

Costas retorcidas que surgen y caen al mar en esta isla volcánica del Atlántico.

Ruta escénica en coche


4. Ruta escénica del Rín, Alemania, con un Nissan Note

Ruta completa por los rios Mosela y Rin, rodeados de viñedos y pueblos alemanes encantadores.

Ruta escénica en coche


5. Ruta prohibida por un país fantasma, la República Turca de Chipre del Norte, con un Kia Picanto

Ambiente ultra-militarizado y asfixiante en un país fantasma que no es reconocido por ningún país excepto por Turquía. Frontera controlada por los Cascos Azules de la ONU.

Ruta escénica en coche


6. Ruta por el desierto de Túnez, con un Toyota Land Cruiser

Horizontes infinitos en uno de los lugares más inhóspitos del mundo, donde la ausencia de vida es total.

Ruta escénica en coche


7. Ruta alpina por Interlaken – Berner Oberland – Grindelwald (Suiza), con un Nissan Qashqai

Paisajes de cuento y carreteras de videojuego.

Ruta escénica en coche


8. Ruta rural por el interior de Irlanda, con un Ford Fiesta

Praderas verdes, grandes acantilados y ovejas para aburrir, con alguna que otra cruz celta al lado de la carretera.

Ruta escénica en coche


9. Ruta por la costa adriática, Croacia, con un Nissan Qashqai

Bosques de pinos, ensenadas y playas con vistas a islas deshabitadas por la costa croata de Dalmacia

Ruta escénica en coche por Croacia


10. Ruta de los Cátaros, Sur de Francia, con un Peugeot 206

Preciosos y tranquilos pueblecitos en uno de los mejores rincones del Mediterráneo.

Ruta escénica en coche


11. Escalera del troll (Trollstigen), Noruega, con un Volkswagen Passat Variant

Una de las carreteras habituales en Top Gear…

Escalera del troll (Trollstigen), Noruega


12. Ruta por el Parque Natural de las Bárdenas Reales en Navarra, con un Nissan Qashqai

Ambiente depresivo y paisaje devastado por la sequía en el Norte de España.

Parque Natural de las Bárdenas Reales


13. Ruta del Peloponeso en Grecia, con un Peugeot 308

Todo buen conductor debería conducir por Grecia alguna vez: adelantamientos imposibles, coches por el arcén y tres coches en paralelo cuando sólo hay dos carriles

Ruta escénica en coche


14. Por las Autobahnen alemanas, con un Volkswagen Polo

Tocando la suela del pié con la alfombrilla en las autopistas sin límite de velocidad germanas.

Ruta escénica en coche


15. Por la Costa Smeralda (Italia), con un Nissan Juke

Playas de ensueño y lomas de bosque que caen sobre calas azul turquesa salpicadas de veleros.

Ruta escénica en coche Costa Smeralda Italia


16. Viaducto de Millau, con un Citroën ZX

Atravesando una maravilla de la ingeniería moderna, sólo comparable con el puente que une Grecia continental con la península del Peloponeso en Grecia.

Ruta escénica en coche


17. Carretera del Atlántico (Atlanterhavsveien), Noruega, con un Volkswagen Passat Variant

Una de las habituales en todas las listas de las mejores carreteras del mundo, en la costa atlántica de Noruega.

Carretera del Atlántico (Atlanterhavsveien), Noruega


18. San Bernardino Pass, Suiza, con un Nissan Qashqai

Otro de los clásicos de Top Gear y de las carreteras de curvas más exigentes del mundo, entre los cantones de Graubünden y Ticino.

Paso de San Bernardino, Suiza


19. Planicies de Polonia, con un Nissan Qashqai 2a generación

Paisajes desolados, planicies desarboladas, lluvia, nieve y barro por el corazón de la Polonia interior.

Poland scenic route


20. Frontera entre Francia y Suiza, con un Nissan Qashqai

Metros de nieve en la frontera entre Suiza y Francia

Paso de San Bernardino, Suiza

Las 10 mejores canciones griegas (3): Otros estilos

Sigo con la tercera parte de las mejores 50 canciones griegas. Para los que han llegado aquí buscando “mejores canciones griegas” en Google, comentar que esta serie de posts recogen las 50 mejores canciones de la música griega, sea tradicional o moderna, dance o metal, lenta o rápida. Ya hicimos la lista con las mejores canciones griegas de baladas y también la de las mejores canciones de música griega pero de sustrato tradicional, étnico o folclórico (turbofolk).

Sakis Rouvas – Den Exei Sidera H Kardia Sou

Giorgos Giannias – Ti den ekana gia sena

Katerina Moutsatsou & Dimitris Korgialas – Mia fwra

Kaiti Garbi – Arxizw Polemo

Katerina Topazi – Moni Ksana

Natassa Theodoridou – Skoupidiariko

Notis Sfakianakis – Oi Skies

Giannis Ploutarxos – I Kardia Mou Einai Zalismeni

Hristina Koletsa – 6h Aisthisi

Giorgios Alkaios – Kai Na Borousa