LA HISTORIA [2/3]

Años más tarde, en 1961, la empresa consiguió un nuevo éxito con Fibrepile, una capa de aislamiento cálida, ligera y que se secaba muy rápidamente. Era ideal para llevarla por debajo de los impermeables. El éxito de este material fue debido en parte a unos leñadores suecos que descubrieron que Fibrepile no sólo brindaba un excelente aislamiento contra el frío, sino que además ventilaba bien en condiciones de trabajo físico duro en el bosque. Además, este forro protegía también bien de la nieve y de la lluvia suave, a la vez que era duradero y mantenía sus propiedades incluso después de muchos lavados. 50 años después, este forro aún continua fabricándose en su última reencarnación, llamada ProPile.

En 1984, Helly Hansen culminó el que después se convertiría en su sistema de 3 capas con el desarrollo de LIFA. Basándose en las investigaciones de científicos italianos que habían ganado el Premio Nobel en 1963 por haber descubierto cómo separar en hilos la fibra de polipropileno, Helly Hansen desarrolló un tejido basado en esa fibra. Este nuevo material empujaba la humedad lejos de la piel y mantenía por tanto el cuerpo seco, lo que le hacía ideal para desempeños activos en climas fríos. LIFA se convirtiría en la tercera capa del sistema patentado de 3 capas de Helly Hansen, un sistema que se articularía completamente en 1986.

En aquellos momentos empezaba la exploración de petróleo en el Mar del Norte y, gracias a excelente calidad de sus tecnologías textiles, Helly Hansen se convirtió en una de las marcas favoritas de los trabajadores de las plantas petrolíferas. Además, sus kits de supervivencia empezaron a salvar vidas entre los trabajadores de las plantas que caían al mar, y Helly Hansen se ganó una excelente reputación y la aclamación internacional, además de varios premios de diseño.

La fama de Helly Hansen creció no sólo entre las empresas petrolíferas, sinó a nivel mundial entre las empresas que desarrollaban su actividad en las condiciones climáticas más adversas, como empresas navieras, de transporte aéreo, de logística, equipos de rescate, brigadas forestales, cuerpos de bomberos, expedicionarios, etc.

En 1980 se lanzó un nuevo material téxtil, bautizado como Helly Tech, que usaba tecnología tanto hidrofílica como microporosa, lo que significaba que el tejido era a la vez impermeable y transpirable. Eso permitía a aquellos que realizaban deportes intensivos de exterior contar con que su equipación trabajaba con ellos y no contra ellos. Con esta nueva tecnología, Helly Hansen entraba en el segmento de equipación técnica para atletas de exterior de alto desempeño físico.

Helly Hansen continuó a la vanguardia del diseño, la ingeniería y el desarrollo de nuevos materiales para producir ropa preparada para los entornos naturales más hostiles del planeta, y en 1990 la empresa noruega desarrolló el baselayer ProWool, realizado con lana de merino.