Lazy registration

lazy registration

Por “lazy registration” (“registro vago” en castellano) se entiende aquellos sistemas de registro en una web en los que pedimos los mínimos datos indispensables para poder crear un usuario. Es bien sabido que los formularios de registro son denostados por muchos y son, realmente, una barrera para la conversión. El lazy registration justamente intenta reducir este inconveniente al mínimo.

La idea fundamental tras el concepto de lazy registration es que debemos propiciar que los usuarios prueben nuestros servicios o aplicaciones web sin tener que dejar sus datos; que jueguen con ellas y que vean sus ventajas y luego, si les interesa, ya acabarán registrándose.

Hay varios niveles de lazy registration, en función del nivel de datos que requiramos al usuario. Normalmente el lazy registration más habitual es pedir una dirección de email, eso es todo. Nosotros ya creamos una contraseña y se la enviamos al usuario. El resto de datos que nos pueda interesar se los iremos pidiendo más adelante bajo una llamada a la acción de “Completa tu perfil” una vez dentro.

Por ejemplo, hay aplicaciones como Linkedin que te informan del tanto por ciento de completación de tu perfil (“Tu perfil está completo al 30%; dinos más cosas sobre ti”), mientras otras como Meetic vinculan la completación de tu perfil con el acceso a funcionalidades más avanzadas o funcionalidad extra que con el perfil incompleto no puedes disfrutar.

La versión más extrema de lazy registration es aquella en la que, jugando con cookies, damos de alta una sesión para ese usuario y le dejamos utilizar la aplicación sin pedirle nada. Es el caso del planificador de eventos Doodle, del gestor de imágenes Picamatic o del editor de imágenes iPiccy. Puedes utilizar la aplicación y beneficiarte de ella sin tener ni que dejar el email.

También en estos casos hay pequeñas diferencias. En Picamatic no hace falta prácticamente para casi nada mientras que iPiccy sólo es necesario el email para poder guardar las imágenes que has editado. Lógicamente, cuando ya las has editado libremente y ya tienes las imágenes como querías, no las quieres perder y por tanto la gran mayoría de usuarios acaba registrándose formalmente. Este último ejemplo es excelente por dos motivos: porque el registro aparece como algo natural y porque en la web acabamos teniendo una basde datos de usuarios de valor, es decir usuarios que han editado su imágenes en nuestra web y no usuarios fantasma que se registran y cuando ven de qué se trata no usan la aplicación.

De hecho, esta es otra ventaja colateral del lazy registration: que vale para distinguir entre usuarios activos y usuarios fantasma, que ya que sólo los que han utilizado la herramienta se acaban convirtiendo en usuarios. Si están satisfechos con tu servicio, los usuarios verán el registro como un paso natural del proceso y no como una obligación. Es un engagement gradual, que parece mucho más lógico que un registro a ciegas.

Si en tu aplicación web aplicar un modelo de lazy registration no es posible, entonces te recomiendo utilizar las mejores prácticas en los formularios: ser tolerantes al error, no poner muchos campos de buenas a primeras, dividir por pasos o por bloques, separar los campos obligatorios de los opcionales, etiquetar muy bien los campos, poner siempre ejemplos, diseñar campos grandes y fáciles de rellenar, etc… Para tener mucha más información mucho más detallada sobre las mejores prácticas en diseño de formularios, recomiendo el libro “Web Form Design: Filling in the Blanks” de Luke Wrobleski, considerado el mayor experto mundial en formularios web. Aunque algo anticuado ya, sigue teniendo muy buenas observaciones que no siempre son obvias.